lunes, 26 de marzo de 2018

Pétalos de invierno [Scene One]

02/07/2000
(...) he estado mucho tiempo pensando en desistir. Por cosas de la vida, sigo aquí. Supongo que no estaba en mi naturaleza ser del tipo que se rinde y deja todo de lado. Me lo he preguntado durante demasiado, demasiado tiempo. ¿Realmente vale la pena el sacrificio? ¿realmente está bien seguir este camino? ¿Realmente... tomé la decisión correcta? Creo que todos hemos experimentado este tipo de crisis a lo largo de nuestra vida; pero cuando eres una figura... un modelo a seguir. Cuando todo el mundo espera ansioso y expectante tu trabajo final... pienso quizás, en mi propio egocentrismo, que nuestra gracia es peor que la del resto. Ha sido año tras año, esta sensación de vacío y de querer escapar de todo te empieza a carcomer desde dentro y llega un punto muerto en que las cadenas que te jalan hacia atrás se hacen simplemente insoportables y demasiado pesadas.
Seguí adelante.
Aunque no quisiera, seguí adelante.
Aunque tuviera que recurrir a pretextos e interpretaciones de cosas que no creí o no llegué a sentir de corazón, seguí adelante. Recopilando todo lo que me sirviera, todo para deleitar a la gente, para cumplir con lo que esperaban y sobrepasar sus expectativas.
Seguí adelante. 
Hasta ahora, no cruzó por mi cabeza el quejarme. Fue un propio abismo en el que caía y creaba voluntariamente. Yo era el único a quién culpar y podía vivir con eso. ¡Qué tragedia! A cierto punto de desamparo, el darlo todo por mi público era mi consuelo y mi motivo para seguir adelante. El joven brillante y exitoso, víctima de su propio talento. Una buena manera y excusa para sentir pena por ti mismo, ¿verdad?
Y hoy, ¡es increíble!
Hoy, en cuestión de minutos, todo ese mundo fue robado.
Por primera vez, una persona totalmente ajena entraba e incautaba todo a su alrededor dejándome perplejo y atontado. 
Reemplazando todo con su presencia, de forma casi monstruosa, llegó devastando a diestra y siniestra. Los vanos personajes creados hasta ahora caían uno tras otro, el monótono ambiente era llenado por la dulce melodía de sus risas y palabras; el gélido frío de invierno por un calor tenue y suave el cual no sé con certeza si nacía en mi propio pecho o en tacto gentil ajeno. 
Lo único que sé es que, este tumulto de emociones nuevas que me atormentan y no me dejan dormir tranquilo, tienen un sólo nombre; tan perfecto como ella misma.

Parte 2

3 comentarios:

  1. Precioso, de verdad. He entrado fácilmente en esa sensación de vacío que me han transportado tus primeras palabras, para después subir a la euforia mas absoluta. Gracias por compartir.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias, Manoli! La verdad es que a este escrito en especial le he puesto mucho amor y cariño, no sabes cuánto me emociona que hayas podido sentir todo lo expresado. Esta historia tiene ya varias partes, si quieres puedes leerlas en los sitios que indica la página, o esperar a que las publique aquí. Sin más, espero que nos leamos luego. Un abrazo.

      Eliminar